Este nuevo trabajo del Observatorio busca dar cuenta y reponer debates políticos actuales que se han posicionado en la agenda pública y arribado al terreno legislativo. El interés radica en sus dimensiones epistemológicas vertebradoras, la paridad y su traducción en los medios y el género como categoría relacional ubicua que se centra en relaciones de poder invisibles e invisibilizadas. La regulación de esta estentórea desigualdad, pretende incidir en los ámbitos laborales para abrir accesos a espacios hasta el moment vedados a mujeres y LGTBI+, y poder, desde allí, provocar deslizamientos en las estructuras de sentido. Estas desigualdades han sido relevadas en los Informes que año tras año se han realizado los equipos de la Defensoría del Público con persistencia y a pesar de los tiempos de neoliberalismo en los que intentaron barrer con toda posibilidad de reconocimiento de derechos. Otra fuente de información que nos ha revelado esta situación es el Informe Global de Medios que se realiza desde 1995. Esta avanzada en pos de una democracia que dé cuenta de los derechos ciudadanos, nos propone algunos interrogantes ¿qué significa la paridad y por qué es necesaria? ¿esa paridad es vertical y horizontal, es decir, cala en las presencias materializadas en programas y secciones pero también en las representaciones laborales jerárquicas? ¿cuál es la posibilidad que una política pública que abogue por la paridad conmueva también la producción y enunciación de contenidos en los medios?. Como toda política pública, requiere además de la identificación del problema, de la solidez del argumento del diagnóstico y su tramitación en proyecto y gestión, etapas de evaluación que nos permitirán saber, en el correr de su implementación, si hemos podido conmover el poder arraigado de sentidos arcaicos. En suma, si hemos podido responder a la imperiosa necesidad de vencer la violencia simbólica, y efectuar desplazamientos de sentidos que superen los estereotipos y el sexismo en sus diversas formas. Por lo pronto la experiencia del cupo en Argentina, sostenida por una militancia incansable, y más tarde la reciente paridad en las listas electorales, han significado la posibilidad del acceso de las mujeres a la esfera por definición histórica, más masculinizada y masculina, la del poder político público. Paridad es la igualdad de las partes. En un mundo profundamente desigual, con medios altamente concentrados, esta apuesta cobra mayor volumen. Desafía en inscribirse desde un estatuto de lo legal, en la materialidad de una comunicación que se plantea como derecho humano.
Comunicadora. Periodista y Posicionamiento Web en enagenda.com.ar. La Plata.
Lic. en Comunicación Social, Universidad Nacional de La Plata
Profesora Adjunta, Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Universidad Nacional de La Plata.
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