A fines del siglo XVIII comenzó W. Herschel [continuando luego su hijo J. Herschel] el recuento de las estrellas, a los efectos de deducir la forma de nuestro sistema sideral. Las suposiciones adoptadas por ambos fueron extremadamente simples, a saber: 1) La distribución de la población estelar en el espacio es igual en todas partes, 2) Todas las estrellas poseen la misma intensidad luminosa absoluta. 3) La luz se propaga por el espacio interestelar sin disminuir su intensidad, en forma que las magnitudes aparentes sólo serían una consecuencia de la variación de sus distancias entre si. La sistematización de la estadística estelar se inició, pues, partiendo de estas tres hipótesis, que en el transcurso de un siglo, sin embargo, se ha comprobado que sólo tenían el carácter de aproximaciones groseras. Corresponde a H.W.M. Olbers y F.G.W. Struve el mérito de haber introducido por primera vez en la estadística estelar la idea de una extinción en la luz de las estrellas que pueblan el espacio. A principios del presente siglo J.C. Kapteyn y H. von Seeliger , trataron de determinar algo así como un valor máximo del coeficiente de absorción interestelar T (absorción por kiloparsec) basándose en la hipótesis probable de que, en general, la verdadera distribución de la densidad de las estrellas en el espacio universal no podría aumentar notablemente con el distanciamiento de las mismas.
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Astrónomo
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