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• Centro Interdisciplinario de Metodologí de las Ciencias Sociales

  En el año 2002 este grupo de profesores constituyó un Área Interdisciplinaria de Metodología. En este marco se organizó un seminario interno sobre el tema, se diseñó una página web y se establecieron los primeros contactos con centros especializados de otras universidades. En aquella oportunidad se consideró pertinente comenzar a acumular experiencias y avanzar progresivamente en la organización de un Centro, mientras se quedaba a la espera de la aprobación de una nueva norma sobre la constitución de Centros de Investigación por parte del Consejo Superior de la Universidad. En 2006, como resultado de la experiencia acumulada, habiéndose sumado nuevos integrantes al grupo ─ especialmente estudiantes de posgrado, ayudantes de cátedra y becarios de CONICET, CIC y UNLP ─ se presentó la solicitud de su creación que fue aprobada por el Honorable Consejo Académico de la Facultad el 13 de diciembre de 2006.

  La Metodología como disciplina autónoma, reconocida y practicada institucionalmente, es relativamente reciente. Sin embargo, los problemas metodológicos han acompañado desde siempre la labor humana de construcción de conocimiento, dando lugar a reflexiones que forman parte del pensamiento occidental desde sus orígenes.

  En la actualidad existe un consenso general sobre el hecho de que la metodología ocupa la porción central de un continuum de análisis crítico entre el estudio de los postulados epistemológicos que hacen posible el conocimiento social y la elaboración de las técnicas de investigación. Ocuparse de metodología es encontrarse en una continua tensión dialéctica entre los polos de este continuum,  porque si la metodología abandona su lado epistemológico se reduce a una tecnología o una práctica que ya no controla intelectualmente.  Si abandona el lado técnico, se transforma en una pura reflexión filosófica sobre las ciencias sociales, incapaz de incidir sobre las actividades de investigación concretas.
  

  La institucionalización académica de la Metodología ha estado vinculada a dos áreas fundamentales de intervención especializada: por un lado, una ligada a sus contenidos disciplinarios específicos, es decir, el estudio de los instrumentos conceptuales y operativos utilizados en la investigación empírica; por el otro, un área vinculada al rol del metodólogo como experto en el uso y diseño de instrumentos de investigación (asesoramiento a equipos de investigación, enseñanza y transferencia del conocimiento metodológico).

  Ambas áreas de incumbencia tienen presencia y han adquirido progresivamente mayor importancia en el ámbito de la Facultad de Humanidades. A su vez, pueden verse en relación con los tres fines fundamentales de la Universidad: docencia, investigación y extensión/transferencia.

  En efecto, se constata que las distintas carreras que se dictan en este ámbito institucional ─ ya sea a nivel de grado o de posgrado ─ tienen espacios curriculares específicos destinados a la metodología de la investigación, lo que plantea cuestiones relevantes en cuanto a su enseñanza, y por lo tanto justifica la existencia de un Centro especializado como espacio de reflexión metodológica.

  Por otra parte, especialmente a partir de 1993, el singular apoyo de la Facultad de Humanidades al Programa de Incentivos a la Investigación dio como resultado la radicación de numerosos estudios de las distintas disciplinas que la componen, todos ellas pertenecientes genéricamente a las ciencias sociales. Entre estos estudios se encuentran algunos que pueden ser considerados como eminentemente metodológicos. Pero más allá del desarrollo de investigaciones metodológicas en sentido estricto, la gran difusión de la investigación en general ha planteado la necesidad de contar con recursos humanos altamente capacitados en las competencias metodológicas, que puedan participar en o asesor a los diversos equipos de investigación de la Facultad.

  Esta necesidad no se constata únicamente en el ámbito de la Facultad de Humanidades. En los últimos años, la demanda de saberes metodológicos se ha acrecentado también en otras unidades académicas de la UNLP, así como en otras instituciones de educación superior, agencias gubernamentales y fundaciones privadas. Es fundamentalmente en este sentido que las actividades del CIMeCS deberían contemplar la transferencia del conocimiento metodológico y las tareas de extensión.

  En primer lugar, nuestra tarea parte del creciente escepticismo acerca de una consideración puramente formal de las cuestiones metodológicas, destacando en cambio su vínculo necesario con los modos de abordaje fundamentales de la vida social; éstos a su vez movilizan conceptos básicos de carácter sustantivo acerca de la constitución misma de la realidad social. Allí puede encontrarse el nexo vivo entre las dimensiones instrumentales y las filosóficas (polos del continuum mencionado más arriba).

  En segundo lugar, nuestra concepción de la metodología, y por consiguiente la característica distintiva del Centro, es eminentemente interdisciplinaria: cuando se encaran de un modo suficientemente amplio las indagaciones metodológicas, es frecuente arribar a un terreno en que no pueden ya considerarse intangibles las fronteras tradicionalmente establecidas entre las diversas disciplinas sociales y humanas, por cuanto los problemas mismos atraviesan en uno y otro sentido aquellos límites.

              En tercer lugar, en la medida en que la reflexión metodológica toma como referente las prácticas de generación de saberes disciplinares, se ve abocada en un momento u otro a la cuestión del marco social que les da sustento concreto; esto conlleva, en nuestro caso, el compromiso con la comprensión de las características específicas que adquieren las actividades de las ciencias sociales bajo influencia de las particulares condiciones institucionales, culturales e históricas en que se desenvuelven en el marco nacional y latinoamericano. Ello puede dar base a un fecundo entrelazamiento de dimensiones analíticas y críticas en la labor de reflexión e investigación.