Con un archivo que supera las veintemil fotos -exhibidas en 28 muestras individuales- y decidido a ordenar una historia gráfica de la Capital Provincial del Inmigrante, Luis Alfredo Guruciaga, nacido en Berisso en 1928, edita en 1995 el primer tomo de Berisso fotomemoria. Esta exitosa entrega, hoy reeditada, lo obliga a publicar, en 1997, un segundo tomo Berisso fotomemoria 2.
Guardian de la memoria colectiva de Berisso e impulsor del museo que atesora la rica historia de esa comunidad, el fallecimiento de Luis Alfredo Guruciaga, ocurrido a sus 85 años, causó un hondo pesar en la ciudad que lo había reconocido como Ciudadano Ilustre. Su biografía recuerda que nació en Berisso el 1 de junio de 1928 y sus padres fueron Luis Guruciaga y Sara Urdangaray. Cursos sus estudios primarios en la escuela Nº 52 de esa vecina localidad y siguió los secundarios en el colegio Albert Thomas, aunque antes de completarlos se dedicó a trabajar. Como muchos otros de su generación, trabajó durante décadas en el frigorífico Swift; años después obtuvo un cargo en el Banco Provincia de Berisso, aunque entre un puesto y el otro también llegó a desempeñarse como administrativo y portero -entre otras actividades- para mantener a su familia. Hombre enérgico y emprendedor, impulsó numerosos proyectos vinculados a rescatar la identidad del pueblo berissense. Fue un apasionado por la fotografía histórica. En su vivienda del Barrio Banco Provincia comenzó -de a poco- a reunir fotografías y objetos históricos de la vecina localidad. Esa colección pronto se multiplicó de forma exponencial y el archivo llegó a contener más de 40.000 fotografías y piezas relacionadas con Berisso y su gente. Pronto fue evidente que el espacio casero no alcanzaba para conservar semejante colección, por lo que en su cabeza nació la idea de crear la Asociación 1871 “Museo de Berisso”, que fue oficialmente erigido el 1 de julio de 2001. Hoy la galería sigue en pie en el antiguo edificio de Obras Sanitarias, en Montevideo y 32, a pocos metros de la sede original, que funcionara en la propia casa de Guruciaga. Su entusiasmo por el pasado berissense también lo llevó a escribir numerosos artículos en diarios y revistas, y a exponer sus muestras fotográficas a lo largo y ancho del país. También llegó a exhibir sus colecciones en el Consulado argentino de Nueva York, Estados Unidos. Publicó, además, los libros “Berisso Fotomemoria” en 1995 y una segunda parte de la obra en 1997. Se casó con Myrtha Iris Brovedanni, con quien tuvo un matrimonio que se prolongó casi seis décadas y que le dio tres hijos - Néstor, Norberto y Heber- y nueve nietos. Relatar la crónica histórica de Berisso fue la obra de su vida. Por eso, tiempo atrás, al describir al ser berissense también se caracterizó a sí mismo: “Por lo general -dijo-, por efecto de esa sangre que tienen, son fuertes, trabajadores, seguidores. Me considero, a lo mejor, un exponente de esa forma de ser, porque siempre digo que las cosas deben ser planeadas y organizadas y, aunque sea un sueño, hay que ir programándolas, porque la mayoría de los sueños se realizan cuando hay constancia, trabajo y ganas de hacer”. Guruciaga combinó todos esos factores y por eso fue un soñador que supo darle forma a realidades en las que hoy se ve reflejado todo un pueblo
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