Cuando la muerte corta bruscamente una vida que comenzaba a florecer en abundancia, como la de Héctor Ripa Alberdi, los amigos inconformes con el golpe inesperado se reúnen a pensar cómo perpetuarán la memoria del que se fué a destiempo. En el caso de Héctor, lo natural es juntar y reimprimir su obra. La duda nos asalta luego: ¿vamos a dar, con estos esbozos, idea justa del desaparecido? Héctor fué como árbol en flor: los frutos estaban sólo en promesa: ¿pueden, quienes no lo conocieron, sorprender el aroma de la flor ya seca? (del prólogo de Pedro Henríquez Ureña)
NotasMaterial digitalizado en SEDICI gracias a la colaboración del Ateneo Popular "Alejandro Korn".
Héctor Ripa Alberdi nació en Juárez, Provincia de Buenos Aires, el 26 de enero de 1897. Y a los 12 años se vino a vivir a La Plata. Allí cursó internado en el Colegio Nacional donde fue alumno de un viejo profesor de literatura que influyó a toda su generación; me refiero -al también poeta- Rafael Alberto Arrieta. Más tarde se recibió de bachiller y cursó estudios superiores en la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNLP. Allí tuvo de profesor al poeta Arturo Marasso, quien ejerció en él gran influencia, al punto de conducirlo y alentarlo en su vocación por las letras y la filosofía.
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